miércoles, 26 de noviembre de 2014

HISTORIA DEL HIMNO NACIONAL DEL ECUADOR

 

"El actual Himno Nacional del Ecuador, cuyos autores fueron el poeta ambateño Juan León Mera Martínez (1832-1894) y el músico de origen francés Antonio Neumane Marno (1818-1871), tuvo algunos proyectos de reforma hasta alcanzar su fijación definitiva e intangibilidad.

Además hay que recordar que hubo otros intentos por dotar al país de una Canción Nacional. Revisemos entonces los personajes y distintas épocas que aparecieron a lo largo de la interesante historia de nuestro símbolo patrio.

1830-1832: El bardo guayaquileño José Joaquín de Olmedo escribe una Canción Nacional (un coro y cuatro estrofas) en homenaje al naciente Estado ecuatoriano. Esta creación sugerida por el Gral. Juan José Flores no fue musicalizada ni tampoco logró difusión.

1833: Un himno con título de Canción Ecuatoriana (seis estrofas) se publicó en la Gaceta del Gobierno del Ecuador No. 125 del 28 de diciembre. El trabajo señala 1830 como el año de su creación, pero la mayoría de los cronistas no le presta total atención por ser de un autor anónimo.

1838: Una Canción Nacional (coro y cinco estrofas) aparece incluida en el folleto Poesías del General Flores en su retiro de La Elvira, que publicó la Imprenta del Gobierno. En edición posterior presenta cambios en su tercera estrofa. Aún así, para los historiadores es la segunda Canción Nacional que se conoce.

1865: El músico argentino, Juan José Allende, que colaboraba con el Ejército del Ecuador, presenta al Congreso Nacional un proyecto de musicalización de la letra del Dr. José Joaquín de Olmedo, pero aquello no tuvo la suficiente acogida.

En noviembre, por expreso pedido del presidente del Senado, Dr. Nicolás Espinosa, el poeta ambateño Juan León Mera Martínez, para entonces secretario de dicha función del Estado, escribe y entrega la letra del Himno Nacional, que luego de ser conocida por los congresistas es enviada a Guayaquil para que el maestro Antonio Neumane le ponga música.

1866: El 16 de enero se publica la versión completa de la letra de Juan León Mera en el semanario quiteño El Sud Americano.

1913: El escritor y diplomático guayaquileño Víctor Manuel Rendón, entrega un nuevo himno con letra adaptada a la música de Antonio Neumane pero finalmente el Legislativo rechaza la propuesta.

1947-1948: El Dr. José Miguel García Moreno, ministro de Educación del gobierno de Carlos Julio Arosemena Tola, comisiona al religioso jesuita Aurelio Espinosa Pólit y a Juan León Mera Iturralde, hijo del bardo tungurahuense, para que estudien y cotejen las versiones que se conocían.

Luego de un detenido estudio finalmente los comisionados recomiendan la expedición de un decreto que declare Himno Nacional del Ecuador a la letra de Juan León Mera Martínez.

1948: El Congreso Nacional declaró Himno Oficial e intangible a los versos del autor ambateño, con fecha 29 de septiembre. El Ejecutivo sancionó el decreto legislativo el 8 de noviembre y en el Registro Oficial No. 68 del 23 de noviembre se publicó dicha letra. Era presidente de la República Galo Plaza Lasso.

1965: Por cumplirse el primer centenario de la letra del Himno Nacional, la Junta Militar de Gobierno que regía el país procede a declarar el 26 de noviembre de cada año como Día del Himno Nacional del Ecuador. El decreto se expidió el 24 de noviembre.

1977: El Consejo Supremo de Gobierno, por decreto del 11 de marzo, dispone la supresión de ciertas repeticiones en el Himno Nacional a objeto de hacerlo menos extenso y propender a que la ciudadanía lo cante correctamente.

HIMNO NACIONAL DEL ECUADOR

 

Himno

CORO

­Salve oh Patria, ¡mil veces!
¡Oh Patria! ¡Gloria a ti! ¡Gloria a ti!
Ya tu pecho, tu pecho rebosa.
Gozo y paz, ya tu pecho rebosa;
y tu frente, tu frente radiosa,
más que el sol contemplamos lucir.
Y tu frente, tu frente radiosa,
más que el sol contemplamos lucir.
­
ESTROFAS
I
Indignados tus hijos del yugo
que te impuso la ibérica audacia,
de la injusta y horrenda desgracia
que pesaba fatal sobre ti,
santa voz a los cielos alzaron,
voz de noble y sin par juramento,
de vengarte del monstruo sangriento,
de romper ese yugo servil.
II
Los primeros los hijos del suelo
que, soberbio; el Pichincha decora
te aclamaron por siempre señora
y vertieron su sangre por ti.
Dios miró y aceptó el holocausto,
y esa sangre fue germen fecundo
de otros héroes que, atónito, el mundo
vio en tu torno a millares surgir.
III
De estos héroes al brazo de hierro
nada tuvo invencible la tierra,
y del valle a la altísima sierra
se escuchaba el fragor de la lid;
tras la lid la victoria volaba,
libertad tras el triunfo venía,
y al león destrozado se oía
de impotencia y despecho rugir.
IV
Cedió al fin la fiereza española,
y hoy, oh Patria, tu libre existencia
es la noble y magnífica herencia
que nos dio, el heroísmo feliz;
de las manos paternas la hubimos,
nadie intente arrancárnosla ahora,
ni nuestra ira excitar vengadora
quiera, necio o audaz, contra sí.
V
Nadie, oh Patria, lo intente. Las sombras
de tus héroes gloriosos nos miran,
y el valor y el orgullo que inspiran
son augurios de triunfos por ti.
Venga el hierro y el plomo fulmíneo,
que a la idea de guerra y venganza
se despierta la heroica pujanza
que hizo al fiero español sucumbir.
VI
Y si nuevas cadenas prepara
la injusticia de bárbara suerte,
­gran Pichincha! prevén tú la muerte
de la Patria y sus hijos al fin;
Hunde al punto en tus hondas entrañas
cuanto existe en tu tierra el tirano
huelle solo cenizas y en vano
busque rastro de ser junto a ti.

CORO:
¡Salve oh Patria, mil veces!
¡Oh Patria! ¡gloria a ti! ¡gloria a ti!
Ya tu pecho, tu pecho rebosa,
Gozo y paz, ya tu pecho rebosa;
y tu frente, tu frente radiosa,
más que el sol contemplamos lucir.(bis)

II ESTROFA:
Los primeros los hijos del suelo,
que soberbio el Pichincha decora
te aclamaron por siempre señora
y vertieron su sangre por ti.
Dios miró y aceptó el holocausto,
y esa sangre fue germen fecundo
de otros héroes, que atónito el mundo,
vio en tu torno a millares surgir.(bis)

CORO
¡Salve oh Patria, mil veces!
¡Oh Patria! ¡gloria a ti! ¡gloria a ti!
Ya tu pecho, tu pecho rebosa.
Gozo y paz, ya tu pecho rebosa;
y tu frente, tu frente radiosa,
más que el sol contemplamos lucir.
 

lunes, 10 de noviembre de 2014

Elementos Básicos para un buen estudio

1. Consigue un espacio: Obivio, ¿no? Para comenzar a hacer fotografía de estudio necesitas un estudio. Pero no tiene que ser un piso completo pintado de blanco y perfectamente iluminado. Cualquier espacio con una pared de 3 o 4 metros de ancho y unos 5 metros despejados frente a ella será suficiente para comenzar. Lo importante es que lo designes como tu espacio de trabajo y lo respetes. Tener un espacio exclusivo para ese uso sería lo ideal, pero siempre puedes usar la pared de tu habitación o la sala, y montar y desmontar el estudio cuando sea necesario. Ten en cuenta que aunque no es necesario llevar tu estudio a cada encargo, siempre es bueno tener algunos accesorios portátiles por si debemos hacer sesiones en exteriores o locaciones especiales.
2. Necesitas buenos lentes, porque la fotografía de estudio se trata de captar todo el detalle posible para hacer ampliaciones o catálogos en línea en los que se puede hacer zoom sobre la imagen; y para eso necesitas objetivos muy nítidos. Cualquier lente mejora su rendimiento cuando su diafragma se cierra por encima de f6.3, pero solo los mejores alcanzan el detalle que vemos en grandes ampliaciones. Aunque se usan algunos lentes zoom de alto rendimiento, como el 16-35mm L y el 24-70mm L de Canon, lo más común es usar lentes fijos, como un 85mm o 135mm para primeros planos, un 50mm para planos medios, y un 28mm para cuerpo entero. Otra ventaja de los lentes de distancia focal fija, es que estos suelen alcanzar el rendimiento suficiente para estudio a aperturas menores, como el 50mm f1.4 del que les hablé ayer.
3. Un fondo sin fin. Gramaticalmente no tiene sentido, pero fotográficamente es el rasgo característico de cualquier estudio. Se trata de un fondo curvo que hace las veces de pared y piso, sin que se perciba unión alguna. En los estudios más grandes se montan rampas permanentes, pero muchos profesionales prefieren lonas o grandes pliegos de papel, ya que son portátiles, más baratos, y fáciles de lavar o reemplazar. El más usado es el de color blanco, ya que facilita el procesado de las imágenes, pero los hay -o se pueden hacer- de todos los colores y tamaños, de acuerdo al encargo fotográfico.
4. Las luces de estudio son básicas, ya que si tenemos lentes trabajando con pequeñas aperturas para obtener su mejor rendimiento, necesitaremos luz extra. Pero no desesperes, que no tienes que comprar 3 o 4 flashes de 500w cada uno. Para comenzar, basta con 2 o 3 speedlites (los flashes que se montan sobre la cámara), bien distribuidos y optimizados con accesorios como softboxes, sombrillas, snoots o beauty dishes. Ya hemos hablado un poco de equipos de iluminación hace unos días, pero te hará falta nuestro último consejo...
5. Domina la luz, porque después de todo la fotografía se trata de eso. En el estudio es lo más importante, ya que contamos con dos, tres o más fuentes de luz de distinta intensidad y características, que debemos mezclar para obtener un resultado agradable y/o expresivo. Para alcanzar esto, debes hacer dos cosas:
  • Practica todo lo que puedas. Busca amigos, familiares y conocidos, y haz sesiones que te sirvan para experimentar con distintas configuraciones de luz. Es mejor si no todos tus modelos son bonitos, ya que así aprenderás a usar la luz para encontrar "el mejor ángulo" de cada persona.
  • Lee manuales y mira fotos para que aprendas del trabajo de otros. No tienes que volver a inventar la rueda. Esto no quiere decir que pasarás tu carrera como fotógrafo copiando a otros, si no que todos comenzamos por estudiar y repetir lo que funcionó antes.